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Es difícil a veces no dejarse llevar por convicciones mentales que se van instalando. Una cuestión de externa que nos afectó, hace aparecer toda una avalancha de sensibilidad que hace dudar. Ahí recuerdo que alguien me decía que creer en uno hace bien. No es que quiera hacer caso a fórmulas, pero por sobre todo, me parece que se debe hacer caso a las propias, o sino, hacer caso a las de alguien que hace bien es mucho más sensato, que hacer caso a las de alguien que nos hace mal.

 

Los tips quedaron así:

 

  • Creer en unx mismx

  • Tener metas

  • Hacer “algo” (lo que cada cual desee, por ejemplo, en mi caso, escribir)

 

 

Por momentos un poco egoísta, pero nadie lo puede hacer por unx”

(cita a un amigo muy importante)

 

 

Levantar al hombre superior y bajar al hombre inferior.

 

Si viene alguien a decirte que lo hiciste mal, ¿te lo creerías solo por la meta de ser perfectx? La autoexigencia abre una posibilidad a estar disponibles a otras formas de ver las cosas, cosas que podrías estar perdiendo de vista, de las cuales hay algo que rescatar, pero claramente no es así. Si a pesar de que ciertamente hicimos algo mal, mejor es poner sobre la mesa una convicción de que se hizo lo mejor que se pudo y atender sobre el lugar en el que estamos paradxs frente a la situación.

Lo problemático del peso y la levedad: cursar una carrera que nos gusta, es igual de importante (pesado) como placentero (liviano). Tener una pareja que nos alucine es igual de importante (pesado) como placentero (liviano). Otra vuelta más a Milan Kundera y Nietszche. Debemos aprender a hacer convivir lo liviano y lo pesado en nuestra existencia. Ambos lugares tienen que convivir, pues de hecho conviven, y entonces deben relacionarse en nuestro interior. Las cosas son al mismo tiempo livianas y pesadas, no es que sean una u otra cosa. Las experiencias significan ambas inflexiones, y entonces así les podremos otorgan la implicancia real que poseen. “-Tu amistad me hace tan bien, como a su vez me pone encrucijadas”. Y convivir con ello hace tan bien, como las palabras del Dalai Lama1, que invitan a aceptar el sufrimiento como parte de nuestra existencia, no a negarlo, pues eso seria peor, eso llamaría más al sufrimiento, que el dolor mismo que pueda producirnos una situación.

Esta claro que hay cosas que no son de un día para otro, que a su vez, debemos tomar acción por ellas, y también que hay cosas de las que aún no somos capaces, por lo que podemos liberarnos de ellas. El proceso es tan importante como el resultado y así la conciencia en el presente es lo que te dará mayor lucidez sobre el proceso, por tanto mayor lucidez sobre cuando el resultado ha llegado.

 

 

Sobre el amor.

 

Me ha rondado la pregunta estos días sobre el afecto, los amigos y el cómo se conservan. Si se debe hacer algo para conservarlos, o si solo se remonta a una cuestión de voluntad. Si me preguntan que pienso respecto a las relaciones de amistad, de afecto, de familia, para mi que se da lo que se quiere dar, y el resto de cosas que quedan no se deben exigir. Es decir, a mi no me interesa exigirle a nadie afecto y a mi que no me exijan. Me pongo rara cuando llega alguien a exigirme.

No hay algo que dar por sentado, sino un deseo, que claro, no esta bueno llevar al extremo. Hay quienes unx quiere, pero no entiende, y con eso no hay intención de hacer daño. Damos lo que queremos dar y no exigimos nada a cambio, entonces no esta bueno que se hagan expectativas. Y en general tenemos diferentes formas de querer. Es posible que nos parezcamos a alguien en algunas cosas, pero en otras no, somos dos personas diferentes y hacemos cada quien por su voluntad. No nos peguemos como scotch, sino ahí ya acaba, se hace imposible conocernos.

 

Una relación no es algo de lo que tenemos que preocuparnos u ocuparnos, quizás si ocuparnos, a cada momento presente en que sea necesario. Se esta juntxs o no, por voluntad y elección cotidiana, y de eso no es necesario dudar, entonces, por menos, generar acciones castradoras o dogmatizantes. La relación se cultiva y cultivará por si misma, puesto que es agradable. Si no es lugar agradable, entonces no tiene caso insistir. Por otra parte, hay otras cosas que requieren de nuestra voluntad, preocupación y ocupación diaria, puesto que de otra manera no son posibles. Es posible que las relaciones amorosas se den de forma orgánica, no es necesario hacer esfuerzo alguno, es tan solo consecuencia del deseo y la voluntad. En cambio el viajar, el estar ahí, el esperar, el trabajar haciendo lo que nos gusta, al mismo tiempo que dejamos de hacer otra por persistir en la primera, son ejercicios que requieren de una voluntad más contudente, son decisiones.

 

 

El que se la sabe, cante.

 

Si miramos en perspectiva alguna situación nueva que vamos a vivir, que nos pone tensxs por el solo hecho de ser nueva, podremos notar que tiene la levedad del goce y la pesadez del riesgo, del compromiso con algo que a su vez debemos mantener en libertad. El amor es como alimentar a un pájaro (por supuesto que no dentro de una jaula). Si al quebrar ciertos lazos, se fortalecen otros, es el favor de la vida, la convivencia de lo pesado con lo liviano. Le estamos dando mucho a unx otrx, cuando le damos por completo todas nuestras incertidumbres, esas son nuestras, cada cual se hace cargo de ellas. Tenemos tanta capacidad de amor, dádiva y escucha, que no es necesario demostrarla ni darla cuando no es solicitada. No es necesario hacerle pruebas al otrx para conocer su afecto por unx. Lo mismo al revés.

Nos surgen muchas ganas de compartir alguna felicidad que sentimos y ello no siempre es posible, no siempre encontramos la empatía que buscamos. Disfrutar solx es una hermosa plenitud. Y disfrutar con otrxs, sin la necesidad de que sientan lo mismo que nosotrxs, es exquisito. Disfruto de la polivalencia del sentir.

 

No todo es posible hablarlo en cada momento. No todos los momentos son los afortunados, ni a todo se le puede encontrar palabras. Prueba, en cuanto no puedas dar con las palabras adecuadas o precisas, el no seguir dándole vueltas como lo haces, para encontrar las palabras. Esto no significa que no las tengas. Prueba dejar de pensar en ello, observar, escuchar, que es lo que ves y escuchas y sientes de tu cuerpo en ese momento. Prueba estar calmadx. Prueba respirar. Prueba no darle importancia y pasar a otra cosa. Prueba hacer, activar todo el tiempo cosas positivas, prueba pasar a otra cosa, no quedarte pegadx. Prueba no tener miedo a la imagen que otrx tiene de ti mismx, y también no temer a la imagen que tu tienes de ti mismx, ni a la imagen que tu crees que el otro tiene de ti mismx. No juegues con esa imagen, simplemente déjala ahí, pues actúa sola, no necesita de tu orientación ni seguimiento. Prueba realizar tus deseos sin duda ni culpa. Prueba expresar tus deseos tal cual son, sin temor a no ser bien recibidos o a que causen extrañeza; o a que causen algo que tu, antes de expresarlos, desconocías. Prueba a que tu voluntad se haga realidad, o al menos a proponerla. Prueba a que esa voluntad puede ser algo que el otro también quiere para si, prueba a no saber si siempre lo quiso y si siempre lo querrá. Prueba a convencerte de tus propios puntos de vista y expresarlos e indagar sobre ellos junto a otros, si es posible, sino, déjalos para tus propios momentos de soledad y reflexión. Prueba a no resolverlos inmediatamente sino les has de encontrar una respuesta oportuna. Prueba a amarte, aún cuando sientas que te estás equivocando: el error no es causa de falta de amor, aún cuando halla quienes insistan en ello.

 

 

Conclusión.

 

Cometer errores es una probabilidad constante, por parte de toda la existencia, lo que a su vez incluye amarse y darse la posibilidad de cometerlos. Es decir, si estás cometiendo un error, debes saber quererte en ellos. Quererte aún cuando cometas errores, es positivo para tu aprendizaje, puesto que los sentimientos negativos que subyacen hacia ti cuando cometes errores, no son el camino a reparar lod errores o enmendarlos, son solo el camino a la culpa y la insatisfacción. La vida esta hecha de errores, de cosas inesperadas. Me despierto cada mañana sin saber si cometeré errores, y dentro de ese eterno vacío, siempre está el amor, tanto como el error y lo desconocido.

 

Lo conocido es lo que ya sabes y puedes atesorar. Tus experiencias pasadas solo alimentan el camino hacia y en la satisfacción, no son por el contrario, el alimento de tu desdén por su no repetición. Tu puedes atraer y vivir todas esas experiencias positivas otra vez, desde nuevos lugares, nuevas conciencias. Solo debes intentarlo mediante una voluntad sabia que se nutre de buena disposición hacia ellas. El amor a ti mismx alimenta el amor a otrxs. Experimenta lo que consideras egoísmo para notar cuando debes construir altruismo. No todas las formas de dar son altruistas, no todas las formas de dar son egoístas. Tu tiempo no esta dado por ni para otros, tu tiempo esta dado a la vida y a su sabiduría, a aprender y activarla, y eso no esta de ninguna manera depositado en unx sujetx o varixs. Esta más bien dado por las actividades que puedes realizar y sus alcances, que de todas maneras, mientras más ganas y verdad pongas sobre ellas, mejor se llevarán a cabo.

 

 

 

1 No recuerdo en qué lugar leí esto, pero es posible encontrar esta idea dentro de cualquier marco de las enseñanzas del Dalai Lama.

que no nos arranquen como a una planta de raíz con ciertos puntos de vista, que no nos colonicen con afectos garrapata

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